Esta pedagogía está basada en una mirada de profundo respeto a la infancia, en admirar la individualidad de cada niño, en respetar sus tiempos, confiar en sus capacidades y potenciar su autonomía”, sostiene Escacena. “Por eso a veces se habla de este método como la autoeducación”, prosigue, “se confía en el niño y en su maestro interior, ya que guiado por sus intereses, y aprovechando sus periodos sensibles, logrará conquistar grandes aprendizajes.